Procesión extraordinaria con motivo del XV Aniversario de la refundación (6 de noviembre de 2010)

Procesión extraordinaria con motivo del XV Aniversario de la refundación (6 de noviembre de 2010)
Salida Extraordinaria de Nuestra Señora de los Dolores

miércoles, 2 de diciembre de 2009

LA SEÑORA EN EL MES DE DICIEMBRE

Durante el mes de diciembre la imagen de Nuestra Señora de los Dolores portará un rosario de color azul en honor a la fiesta de la Inmaculada. Este rosario ha sido donado por una devota.

También el próximo sábado, 12 de diciembre, a las 19:30 h. celebraremos la Oración de Adviento como preparación a la fiesta de la Navidad, en la Iglesia Parroquial de San Isidoro el Real.

martes, 3 de noviembre de 2009

LA SEÑORA EN EL MES DE LOS DIFUNTOS

El mes de noviembre se dedica, como es tradicional, a pedir de manera especial por nuestros difuntos. Por este motivo la imagen de Nuestra Señora de los Dolores porta un Rosario negro en sus manos en señal de recuerdo a nuestros cofrades y seres queridos que ya han pasado a la Casa del Padre.

También el próximo sábado, día 14 de noviembre, a las 20:00 h. celebraremos la Santa Misa aplicada por los cofrades difuntos.

Santa María de los Dolores, ruega por nosotros.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Homilía de D. Raúl Berzosa, Obispo Administrador Diocesano de Oviedo, con motivo del Hermanamiento con la Cofradía de la Soledad de Avilés (15/9/2009)

Queridos hermanos sacerdotes, queridos hermanos mayores y cofrades del Santo Entierro de Oviedo y de La Soledad y Vera Cruz de Avilés, queridos todos.
El Directorio Litúrgico-Pastoral de la Conferencia Episcopal Española, en su nº 9, afirma que las manifestaciones de piedad popular pueden constituir un cauce auténtico de expresión de la fe cristiana. La misma Iglesia ha incorporado a su vida litúrgica diversos elementos de esta piedad popular a lo largo de los siglos. Pero, el gran reto que se plantea hoy es hacer que las actitudes religiosas personales y colectivas no se queden en un nivel meramente humano y natural, sino que se dejen empapar por la fe auténtica, por los valores del Evangelio y por la verdadera Tradición y Liturgia.
Esta tarde deseo hacerme eco de las autorizadas palabras del Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, el cardenal Stanislaw Rylko, quien viene solicitando «madurez eclesial a las Cofradías y Hermandades» para poder responder a los «desafíos urgentes y dramáticos que la Iglesia tiene que afrontar en estos momentos históricos».
Según el prelado, esta madurez se consigue viviendo la vocación de todo cristiano a la santidad, el anuncio de Cristo al mundo, la transformación de la sociedad desde dentro −sin huidas−, la obediencia incondicionada al Magisterio de la Iglesia −«tanto en la doctrina como en la praxis de la vida cotidiana»− y la obediencia y la comunión con los Pastores en las diócesis y en las parroquias.
Siguiendo estos principios fundamentales, las Cofradías y Hermandades se convertirán realmente en escuelas de formación de un laicado maduro y misionero. A través de los siglos las Cofradías han sido verdaderas escuelas de vida cristiana y de santidad, de profunda espiritualidad y de ardiente devoción a Cristo, a la Virgen y a los Santos Patrones. Asimismo, les pidió que sirvan «a la misión de la Iglesia en nuestros tiempos», para que no sean «solamente el recuerdo de un pasado glorioso y benemérito», o «una especie de piezas de museo para admirarse con nostalgia», sino «una realidad viva y presente que la Iglesia mira con confianza y esperanza». Las Cofradías han sabido resistir frente al difuso proceso de secularización de nuestro viejo continente, dando vida a un renacimiento sorprendente. Hasta aquí las palabras del Presidente del Consejo para los Laicos.
Claves para la misión
Por mi parte, me atrevo a resumir, en forma de decálogo, algunas de las claves más importantes que pediría a un cofrade o hermano para que no pierda su identidad y misión. Recibidlas con afecto, el mismo que os profeso.
Los cofrades tienen que sentirse, ante todo, hermanos junto a otros hermanos, porque formamos todos parte de la Iglesia, como verdadera asociación de fieles.
La parroquia tiene que ser nuestro hogar natural. Siempre tenemos que colaborar en ella y sentirnos miembros activos de su vida. Tenemos que hacer de la parroquia una comunidad de comunidades.
El centro de nuestra fe y de nuestras devociones es Jesucristo. El es quien nos hace vivir desde el amor fraterno.
Las cuatro realidades que deben guiarnos son:
El misterio que veneramos en las imágenes
La vivencia sincera de eclesialidad
La necesidad de formación y de un culto digno
La autenticidad de nuestro compromiso social
Es cierto que algunos símbolos externos nos identifican, pero no debemos absolutizarlos ni creernos únicos o los mejores; por un lado, lo importante es la actitud interior de fe, por otro lado, todos nos complementamos y todos somos necesarios para el único doble objetivo de hacer presente a Cristo y edificar su Iglesia en el mundo de hoy. Nadie es más que nadie.
Necesitamos reglas o estatutos actualizados y aprobados por la Iglesia; son necesarios en todo grupo para ayudarnos a vivir y para estar sólidamente orientados.
El cofrade no puede serlo por horas o durante un tiempo, necesita ser coherente todos los días y a todas las horas. ¿Cómo? Practicando la oración personal, participando en la celebración de los sacramentos (especialmente en la eucaristía y en la penitencia), siendo fiel en asistir a las reuniones de formación y colaborando en obras de caridad y de promoción humana.
En la Cofradía se vive nuestra vocación como laicos comprometidos: vivimos desde Cristo como nuestra fuente de vida, en la Iglesia como en nuestra casa, y al servicio del mundo para hacer realidad los valores del Reino de Dios. Es una espiritualidad de encarnación de nuestra fe y de presencia pública de la misma.
Tenemos que ser una Hermandad solidaria, estando atentos a las nuevas pobrezas de hoy y dándoles respuesta con generosidad.
Y, finalmente, siempre, personal y comunitariamente, tenemos que dar cuenta de nuestros actos y ser transparentes en nuestra gestión, incluida la económica.
En cualquier caso, como acertadamente nos ha recordado recientemente el cardenal L. Martínez Sistach, Arzobispo de Barcelona, las Cofradías, Congregaciones y Hermandades tienen que ser casa y escuela de comunión para ayudar a sus miembros; deben fomentar la fraternidad, especialmente con los más pobres y necesitados; formar en la fe a sus miembros y dar testimonio público del Evangelio, haciendo con ello creíble la fe, la esperanza y la caridad.
Nada más, felicidades sinceras por este hermanamiento que vais a realizar. No es un puro formulismo. Es un compromiso de ayuda personal e institucional y un bello símbolo de comunión diocesana.
Al Señor Jesús, muerto y resucitado, y que se hará realmente presente dentro de unos momentos en el sacramento del altar, y a su Madre, bajo la advocación de la Soledad, pedimos por nuestras cofrades y por sus familiares. Por los vivos y por los difuntos. Que todos alcancemos la meta final y el objetivo de una cofradía: el abrazo definitivo con el Señor de la Vida. Que así sea. Amén.

martes, 23 de junio de 2009

Bienvenidos

La Cofradía del Santo Entierro y Nuestra Señora de los Dolores de la Parroquia de San Isidoro el Real de Oviedo os da la bienvenida a todos los visitantes a su nuevo blog de información y reflexión.



Pretendemos con esta nueva iniciativa acercar un poco más nuestra Cofradía a todos los interesados en la Semana Santa en general y, particularmente, a los de nuestra ciudad.



Esperemos que cumpla su objetivo.