Procesión extraordinaria con motivo del XV Aniversario de la refundación (6 de noviembre de 2010)

Procesión extraordinaria con motivo del XV Aniversario de la refundación (6 de noviembre de 2010)
Salida Extraordinaria de Nuestra Señora de los Dolores

jueves, 1 de diciembre de 2011

LA SEÑORA EN EL MES DE DICIEMBRE

Durante el mes de diciembre la imagen de Nuestra Señora de los Dolores portará un rosario de color azul en honor a la fiesta de la Inmaculada y fiestas de Navidad. Este rosario ha sido donado por una devota.

El sábado, 3 de diciembre, colocaremos el II Belén de Cumbres, este año Belén Marinero, junto a la Cofradía Hermana de la Soledad de Avilés, en la playa de Rodiles (parroquia de Santa Eulalia de Selorio).

El 10 de diciembre, fiesta de Santa Eulalia de Mérida (patrona de la Diócesis), nos uniremos al Sr. Arzobispo en la celebración de la Santa Misa, en la Catedral, en la qué se clausura el Sínodo Diocesano.

El 15 de diciembre, a las 20:00, Santa Misa y canto de la Salve en el camarín de Nuestra Señora de los Dolores.

El sábado, 17 de diciembre, a las 19:30 h. celebraremos la Oración de Adviento como preparación a la fiesta de la Navidad, en la Iglesia Parroquial de San Isidoro el Real.

viernes, 11 de noviembre de 2011

LA SEÑORA EN NOVIEMBRE

El mes de noviembre nos trae los siguientes actos:

2 de noviembre: Escuela Cofrade en la casa de Hermandad a las 19:30.

12 de noviembre: Santa Misa por los difuntos a las 20:00 en la parroquia de San Isidoro el Real.

15 de noviembre: Santa Misa y canto de la Salve a las 20:00 en la parroquia de San Isidoro el Real.

16 de noviembre: 2º Cabildo General ordinario del año a las 20:00 en la Casa Parroquial.

LA SEÑORA EN EL MES DE LOS DIFUNTOS

El mes de noviembre se dedica, como es tradicional, a pedir de manera especial por nuestros difuntos. Por este motivo la imagen de Nuestra Señora de los Dolores porta un Rosario negro en sus manos en señal de recuerdo a nuestros cofrades y seres queridos que ya han pasado a la Casa del Padre.

El próximo sábado, día 12 de noviembre, a las 20:00 h. celebraremos la Santa Misa por los difuntos de la Cofradía con un recuerdo especial para Mauro Santos, capataz del Paso de los Morabetinos.

sábado, 1 de octubre de 2011

LA SEÑORA EN OCTUBRE

El 5 de octubre tendremos la primera reunión del curso de la Escuela Cofrade. Será a las 19:30 en la Casa de Hermandad y estará dirigida por nuestro Rector, D. José Luis.

El próximo día 15 de octubre, a las 20:00, en la Iglesia Parroquial de San Isidoro el Real celebraremos la Santa Misa y el canto de la Salve en el camarín de Nuestra Señora.

Durante el mes de octubre la Virgen portará dos rosarios. La primera parte del mes uno donado por un cofrade y la segunda un rosario misionero en honor de la celebración del DOMUND. De esta manera nos unimos a los días de oración por los misioneros que hacen realidad el mandato del Señor: Id por todo el mundo y predicad el Evangelio.

viernes, 2 de septiembre de 2011

LA SEÑORA EN SEPTIEMBRE

El mes de septiembre está marcado por la festividad de Nuestra Señora de los Dolores el próximo día 15. Por tal motivo los días 13, 14 y 15 celebraremos el Triduo en su honor. Los actos serán los siguientes:

13 de septiembre: a las 20:00 Santa Misa.

14 de septiembre: a las 20:00 Santa Misa por los cofrades difuntos.

15 de septiembre: a las 20:00 Santa Misa, cantada por la Escolanía San Salvador y procesión de retorno de la imagen al camarín. A continuación cena de hermandad.

La Señora portará los primero días un broche con la imagen de Nuestra Señora de Covadonga con motivo de su festividad del día 8 de septiembre.

PALABRAS DEL SANTO PADRE EN EL VÍA CRUCIS DE LA JMJ 2011

Queridos jóvenes:

Con piedad y fervor hemos celebrado este Vía Crucis, acompañando a Cristo en su Pasión y Muerte. Los comentarios de las Hermanitas de la Cruz, que sirven a los más pobres y menesterosos, nos han facilitado adentrarnos en el misterio de la Cruz gloriosa de Cristo, que contiene la verdadera sabiduría de Dios, la que juzga al mundo y a los que se creen sabios (cf. 1 Co 1,17-19). También nos ha ayudado en este itinerario hacia el Calvario la contemplación de estas extraordinarias imágenes del patrimonio religioso de las diócesis españolas. Son imágenes donde la fe y el arte se armonizan para llegar al corazón del hombre e invitarle a la conversión. Cuando la mirada de la fe es limpia y auténtica, la belleza se pone a su servicio y es capaz de representar los misterios de nuestra salvación hasta conmovernos profundamente y transformar nuestro corazón, como sucedió a Santa Teresa de Jesús al contemplar una imagen de Cristo muy llagado (cf. Libro de la vida, 9,1).

Mientras avanzábamos con Jesús, hasta llegar a la cima de su entrega en el Calvario, nos venían a la mente las palabras de san Pablo: «Cristo me amó y se entregó por mí» (Gál 2,20). Ante un amor tan desinteresado, llenos de estupor y gratitud, nos preguntamos ahora: ¿Qué haremos nosotros por él? ¿Qué respuesta le daremos? San Juan lo dice claramente: «En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos» (1 Jn 3,16). La pasión de Cristo nos impulsa a cargar sobre nuestros hombros el sufrimiento del mundo, con la certeza de que Dios no es alguien distante o lejano del hombre y sus vicisitudes. Al contrario, se hizo uno de nosotros «para poder compadecer Él mismo con el hombre, de modo muy real, en carne y sangre… Por eso, en cada pena humana ha entrado uno que comparte el sufrir y padecer; de ahí se difunde en cada sufrimiento la con-solatio, el consuelo del amor participado de Dios y así aparece la estrella de la esperanza» (Spe salvi, 39).

Queridos jóvenes, que el amor de Cristo por nosotros aumente vuestra alegría y os aliente a estar cerca de los menos favorecidos. Vosotros, que sois muy sensibles a la idea de compartir la vida con los demás, no paséis de largo ante el sufrimiento humano, donde Dios os espera para que entreguéis lo mejor de vosotros mismos: vuestra capacidad de amar y de compadecer. Las diversas formas de sufrimiento que, a lo largo del Vía Crucis, han desfilado ante nuestros ojos son llamadas del Señor para edificar nuestras vidas siguiendo sus huellas y hacer de nosotros signos de su consuelo y salvación. «Sufrir con el otro, por los otros, sufrir por amor de la verdad y de la justicia; sufrir a causa del amor y con el fin de convertirse en una persona que ama realmente, son elementos fundamentales de la humanidad, cuya pérdida destruiría al hombre mismo» (ibid.).

Que sepamos acoger estas lecciones y llevarlas a la práctica. Miremos para ello a Cristo, colgado en el áspero madero, y pidámosle que nos enseñe esta sabiduría misteriosa de la cruz, gracias a la cual el hombre vive. La cruz no fue el desenlace de un fracaso, sino el modo de expresar la entrega amorosa que llega hasta la donación más inmensa de la propia vida. El Padre quiso amar a los hombres en el abrazo de su Hijo crucificado por amor. La cruz en su forma y significado representa ese amor del Padre y de Cristo a los hombres. En ella reconocemos el icono del amor supremo, en donde aprendemos a amar lo que Dios ama y como Él lo hace: esta es la Buena Noticia que devuelve la esperanza al mundo.

Volvamos ahora nuestros ojos a la Virgen María, que en el Calvario nos fue entregada como Madre, y supliquémosle que nos sostenga con su amorosa protección en el camino de la vida, en particular cuando pasemos por la noche del dolor, para que alcancemos a mantenernos como Ella firmes al pie de la cruz. Muchas gracias.


martes, 9 de agosto de 2011

LA SEÑORA EN AGOSTO

Durante el próximo mes de agosto estas son las actividades de la Cofradía del Santo Entierro y Nuestra Señora de los Dolores:

1.- 11 al 15 de agosto: Colaboración en la acogida de los preregrinos de la JMJ en nuestra diócesis de Oviedo con la siguiente participación:

- Acogida en familias y en la casa parroquial de un grupo de peregrinos.

- Colaboración en las labores de preparación en el voluntariado organizado desde la diócesis.

- Organización de una exposición sobre la Semana Santa en nuestra iglesia parroquial de San Isidoro.

- Celebración de la Santa Misa para los peregrinos el 14 de agosto a las 12:00 en nuestra parroquia de San Isidoro.

- Participación en la Santa Misa de despedida del día 15 de agosto en la Plaza de la Catedral.

2.- 19 al 21 de agosto: Participación en Madrid del Encuentro Mundial de la Juventud presidido por el Papa Benedicto XVI.

3.- Celebración de la santa Misa y el canto de la Salve a Nuestra Señora de los Dolores.

4.- Exposición del Santísimo el 25 de agosto pidiendo de manera particular por la paz, las familias y las vocaciones.

sábado, 2 de julio de 2011

LA SEÑORA EN JULIO

Nos encontramos en pleno período estival. Muchos cofrades se hallan disfrutando unas merecidas vacaciones. Pero de igual forma somos convocados el próximo viernes, 15 de julio, a celebrar la Santa Misa a las 20:00 y, a continuación, el canto de la Salve en al camarín de Nuestra Señora. Durante el mes de julio porta un rosario donado por un cofrade.

También el día 16 de julio, festividad de Nuestra Señora del Carmen, celebraremos su fiesta en la parroquia de San Julián de Arcayana (Valdés), donde nos uniremos a su cofradía para honrar a la Madre en advocación tan venerada.

jueves, 2 de junio de 2011

LA SEÑORA EN JUNIO

Comenzamos el mes de junio, mes dedicado a la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. La imagen de Nuestra Señora portará un rosario donado por un sacerdote y con las cuentas de color rojo. El color del Sagrado Corazón. El color de Aquel que entregó su propia sangre por todos nosotros.

El próximo día 15 de junio se cantará la Salve en el camarín de Nuestra Señora. También tendremos los siguientes actos:

11 de junio: 2ª Marcha de las Cofradías Hermanas a Covadonga.

18 de junio: Peregrinación de final de curso al Santuario del Otero (Laviana).

26 de junio: alfombra floral para el corpus Christi.

martes, 3 de mayo de 2011

LA DOLOROSA EN MAYO

Durante el próximo mes estas son las actividades de la Cofradía del Santo Entierro y Nuestra Señora de los Dolores:

1 de mayo:

12:00 Santa Misa de la fiesta de San Isidoro con especial recuerdo al Beato Juan Pablo II (patrono de la Cofradía).

14:00 comida de hermandad.

7 de mayo:

20:00 Peregrinación a la capilla de Nuestra Señora de la Esperanza como acción de gracias por el XV Aniversario.

Cena de costaleros.

14 de mayo:

20:00 Ofrenda de flores de los niños a la Virgen María en el Mes de las Flores.

15 de mayo:

20:00 Santa Misa y canto de la Salve a Nuestra Señora de los Dolores. La imagen porta un rosario negro donadopor un cofrade en el año 2009.

21 de mayo:

20:00 Sabatina en honor de la Virgen María.

28 de mayo:

20:00 Sabatina en honor de la Virgen María.

29 de mayo:

Visita a la Cofradía de Nuestra Señora del Cébrano.

31 de mayo:

20:00 Santa Misa y ofrenda del incienso y de la luz como despedida del Mes de las Flores.

viernes, 1 de abril de 2011

LA DOLOROSA EN ABRIL

A lo largo de este mes de abril muchos serán los actos que se desarrollaran:

2 de abril: a las 20:30 h. concierto del XV Aniversario de la Refundación. Actuará la Agrupación Musical de la Cofradía de Angustias y Soledad de León.

13, 14 y 15 de abril: Triduo en honor de Nuestra Señora de los Dolores como preparación a la Semana Santa. Durante esos días estará vestida con el traje bordado en negro y portará un rosario de plata, ambos donados por cofrades.

22 y 23 de abril: Procesiones del Santo Entierro (Viernes Santo) y de la Soledad (Sábado Santo). Ambos días irá vestida con un nuevo traje y el manto dorado nuevo. El Viernes Santo portará el rosario de oro y el Sábado Santo en el de Su Santidad Benedicto XVI.

26 de abril: a las 20:00 h. Santa Misa de San Isidoro, presidida por Fray Jesús Sanz Montes, Arzobispo de Oviedo.

miércoles, 23 de febrero de 2011

MENSAJE DEL SANTO PADRE PARA LA CUARESMA 2011


"Con Cristo sois sepultados en el Bautismo,
con él también habéis resucitado" (cf. Col 2, 12)



Queridos hermanos y hermanas:

La Cuaresma, que nos lleva a la celebración de la Santa Pascua, es para la Iglesia un tiempo muy valioso e importante, con vistas al cual me alegra dirigiros unas palabras específicas para que lo vivamos con el debido compromiso. La comunidad eclesial, asidua en la oración y en la caridad operosa, mientras mira hacia el encuentro definitivo con su Esposo en la Pascua eterna, intensifica su camino de purificación en el espíritu, para obtener con más abundancia del misterio de la redención la vida nueva en Cristo Señor (cf Prefacio I de Cuaresma).

1.- Esta misma vida ya se nos transmitió el día del Bautismo, cuando “al participar de la muerte y resurrección de Cristo”, comenzó para nosotros “la aventura gozosa y entusiasmante del discípulo” (Homilía en la fiesta del Bautismo del Señor, 10 de enero de 2010). San Pablo, en sus Cartas, insiste repetidamente en la comunión singular con el Hijo de Dios que se realiza en este lavacro. El hecho de que en la mayoría de los casos el Bautismo se reciba en la infancia pone de relieve que se trata de un don de Dios: nadie merece la vida eterna con sus fuerzas. La misericordia de Dios, que borra el pecado y permite vivir en la propia existencia “los mismos sentimientos de Cristo Jesús” (Flp 2, 5) se comunica al hombre gratuitamente.

El apóstol de los gentiles, en la Carta a los Filipenses, expresa el sentido de la transformación que tiene lugar al participar en la muerte y resurrección de Cristo, indicando su meta: que yo pueda conocerle a Él, el poder de su resurrección y la comunión en sus padecimientos hasta hacerme semejante a él en su muerte tratando de llegar a la resurrección de entre los muertos (cf Flp 3, 10-11). El Bautismo, por tanto, no es un rito del pasado sino el encuentro con Cristo que conforma toda la existencia del bautizado, le da la vida divina y lo llama a una conversión sincera, iniciada y sostenida por la gracia, que lleve a alcanzar la talla adulta de Cristo.

Nexo entre Bautismo y Cuaresma

Un nexo particular vincula el Bautismo con la Cuaresma como momento favorable para experimentar la gracia que nos salva. Los padres del Concilio Vaticano II exhortaron a los pastores de la Iglesia a utilizar “los elementos bautismales propios de la liturgia cuaresmal” (Sacrosanctum concilium 109).

En efecto, desde siempre la Iglesia asocia la vigilia pascual a la celebración del Bautismo: en este sacramento se realiza el gran misterio por el cual el hombre muere al pecado, participa de la vida nueva en Jesucristo Resucitado y recibe el mismo espíritu de Dios que resucitó a Jesús de entre los muertos (cf Rm 8, 11). Este don gratuito debe ser reavivado en cada uno de nosotros y la Cuaresma nos ofrece un recorrido análogo al catecumenado, que para los cristianos de la Iglesia antigua, así como para los catecúmenos de hoy, es una escuela insustituible de y de vida cristiana: viven realmente el Bautismo como un acto decisivo para su existencia.

2.- Para comprender seriamente el camino hacia la Pascua y prepararnos a celebrar la Resurrección del Señor –la fiesta más gozosa y solemne de todo el año litúrgico cristiano-, ¿qué puede haber más adecuado que dejarnos guiar por la Palabra de Dios? Por esto, la Iglesia, en los textos evangélicos de los domingos de Cuaresma, nos guía hacia un encuentro especialmente intenso son el Señor, haciéndonos recorrer las etapas del camino de la iniciación cristiana: para los catecúmenos, en la perspectiva de recibir el sacramento del renacimiento; y para quien está bautizado, con vistas a nuevos y decisivos pasos en el seguimiento de Cristo y en la entrega más plena a Él.

Los cinco domingos de Cuaresma

El primer domingo del itinerario cuaresmal subraya nuestra condición de hombre en esta tierra. La batalla victoriosa contra las tentaciones, que da inicio a la misión de Jesús, es una invitación a tomar conciencia de la propia fragilidad para acoger la gracia que libera del pecado e infunde nueva fuerza en Cristo, camino, verdad y vida (cf Ordo Initiationis Christianae Adultorum, n. 25). Es una llamada decidida a la recordar que la fe cristiana implica, siguiendo el ejemplo de Jesús y en unión con Él, una lucha “contra los dominadores de este mundo tenebroso” (Ef 6, 12), en el cual el diablo actúa y no se cansa, tampoco hoy, de tentar al hombre que quiere acercarse al Señor: Cristo sale victorioso, para abrir también nuestro corazón a la esperanza y guiarnos a vencer las seducciones del mal.

El evangelio de la Transfiguración del Señor pone delante de nuestros ojos la gloria de Cristo, que anticipa la resurrección y que anuncia la divinización del hombre. La comunidad cristiana toma conciencia de que es llevada como los apóstoles Pedro, Santiago y Juan “aparte, a un monte alto” (Mt 17,1), para acoger nuevamente en Cristo, como hijos en el Hijo, el don de la gracia de Dios. “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle” (v. 5). Es la invitación a alejarse del ruido de la vida diaria para sumergirse en la presencia de Dios: Él quiere transmitirnos, cada día, una palabra que penetra en las profundidades de nuestro espíritu, donde discierne el bien y el mal” (cf Hb 4, 12) y fortalece la voluntad de seguir al Señor.

La petición de Jesús a la samaritana: “Dame de beber” (Jn 4, 7), que se lee en la liturgia del tercer domingo, expresa la pasión de Dios por todo hombre y quiere suscitar en nuestro corazón el deseo del don del “agua que brota para la vida eterna” (v. 14). Es el don del Espíritu Santo, que hace de los cristianos “adoradores verdaderos” capaces de orar al Padre en “espíritu y verdad” (v. 23). ¡Solo esta agua puede apagar nuestra sed de bien, de verdad y de belleza! Solo esta agua, que nos da el Hijo, irriga los desiertos del alma inquieta e insatisfecha, “hasta que descanse en Dios”, según las palabras célebres de San Agustín.

El domingo del ciego de nacimiento presenta a Cristo como luz del mundo. El evangelio nos interpela a cada uno de nosotros: “¿Tú crees en el Hijo del hombre?”. “Creo, Señor” (Jn 9, 35,38, afirma con alegría el ciego de nacimiento, dando voz a todo creyente. El milagro de la curación es el signo de que Cristo, junto con la vista, quiere abrir nuestra mirada interior, para que nuestra fe sea cada vez más profunda y podamos reconocer en Él a nuestro único Salvador. Él ilumina todas las oscuridades de la vida y lleva al hombre a vivir como “hijo de la luz”.

Cuando, en el quinto domingo, se proclama la resurrección de Lázaro, nos encontramos frente al misterio último de nuestra existencia: “Yo soy la resurrección y la vida… ¿Crees esto?” (Jn 11, 25-26). Para la comunidad cristiana es el momento de volver a poner con sinceridad, junto con Marta, toda la esperanza en Cristo, el Hijo de Dios, el que iba a venir al mundo (v. 27).
La comunión con Cristo en esta vida nos prepara a cruzar la frontera de la muerte, para vivir sin fin en Él. La fe en la resurrección de los muertos y en la esperanza en la vida eterna abren nuestra mirada al sentido último de nuestra existencia: Dios ha creado al hombre para la resurrección y para la vida, y esta verdad da la dimensión auténtica y definitiva a la historia de los hombres, a su existencia personal y a su vida social, a la cultura, a la política, a la economía. Privado de la fe todo el universo acaba encerrado dentro de un sepulcro sin futuro, sin esperanza.

El recorrido cuaresmal encuentra su cumplimiento en el Triduo Pascual, en particular en la gran vigilia de la noche santa: al renovar las promesas bautismales, reafirmamos que Cristo es el Señor de nuestra vida, la vida que Dios nos comunicó cuando renacimos “del agua y del Espíritu Santo” y reafirmamos de nuevo compromiso de corresponder a la acción de la gracia para ser discípulos.

3.- Nuestro sumergirnos en la muerte y en la resurrección de Cristo mediante el sacramento del Bautismo nos impulsa cada día a liberar nuestro corazón del peso de las cosas materiales y de un vínculo egoísta con la “tierra”, que nos empobrece y nos impide estar disponibles y abiertos a Dios y al prójimo. En Cristo, Dios se ha revelado como Amor (cf I Jn, 4, 7-10). La Cruz de Cristo, la “palabra de la Cruz” manifiesta el poder salvífico de Dios (cf I Co, 1, 18), que se da para levantar al hombre y traerle la salvación: amor en su forma más radical (encíclica Deus caritas est, 12).

El ayuno

Mediante las prácticas tradicionales del ayuno, la limosna y la oración, expresiones del compromiso de conversión, la Cuaresma educa a vivir de modo cada vez más radical el amor de Cristo.

El ayuno, que puede tener distintas motivaciones, adquiere para el cristiano un significado profundamente religioso: haciendo más pobre nuestra mesa, aprendemos a superar el egoísmo para vivir en la lógica del don y del amor; soportando la privación de alguna cosa –y no solo de lo superfluo-, aprendemos a apartar la mirada de nuestro “yo” para descubrir a alguien a nuestro lado y reconocer a Dios en los rostros de tantos de nuestros hermanos. Para el cristiano, el ayuno no tiene nada de intimista, sino que abre mayormente a Dios y a las necesidades de los hombres, y hace que el amor a Dios sea también amor al prójimo (cf Mc 12, 31).

La limosna

En nuestro camino también nos encontramos ante la tentación del tener, de la avidez del dinero, que insidia el primado de Dios en nuestra vida. El afán de poseer provoca violencia, prevaricación y muerte; por esto, la Iglesia, especialmente en el tiempo cuaresmal, recuerda la práctica de la limosna, es decir, la capacidad de compartir.

La idolatría de los bienes, en cambio, no solo aleja del otro, sino que despoja al hombre, lo hace infeliz, lo engaña, lo defrauda sin realizar lo que promete, porque sitúa las cosas materiales en el lugar de Dios, la fuente única de la vida. ¿Cómo comprender la bondad paterna de Dios si el corazón está lleno de uno mismo y de los propios proyectos, con los cuales nos hacemos ilusiones de que podemos asegurar el futuro? La tentación es pensar como el rico de la parábola: “Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años… Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma” (Lc 12, 19-20). La práctica de la limosna nos recuerda el primado de Dios y la atención hacia los demás, para redescubrir a nuestro Padre bueno y recibir su misericordia.

La oración

En todo el tiempo cuaresmal, la Iglesia nos ofrece con particular abundancia la Palabra de Dios. Meditándola e interiorizándola para vivirla diariamente, aprendemos una forma preciosa e insustituible de oración, porque la escucha atenta de Dios, que sigue hablando en nuestro corazón, alimenta el camino de fe que iniciamos en el día del Bautismo. La oración nos permite también adquirir una nueva concepción del tiempo: de hecho, sin la perspectiva de la eternidad y de la transcendencia, simplemente marca nuestros pasos un horizonte que no tiene futuro. En la oración encontramos, en cambio, tiempo para Dios, para conocer que “sus palabras no pasarán” (cf Mc, 13, 31), para entrar en la íntima comunión con Él que “nadie podrá quitarnos” (cf Jn 16, 22) y que nos abre a la esperanza que nos falla, a la vida eterna.
En síntesis, el itinerario cuaresmal, en el cual se nos invita a contemplar el misterio de la cruz, es “hacerme semejante a Él en su muerte” (Flp 3, 10) para llevar a cabo una conversión profunda de nuestra vida: dejarnos transformar por la acción del Espíritu Santo como San Pablo en el camino de Damasco; orientar con decisión nuestra existencia según la voluntad de Dios; liberarnos de nuestro egoísmo, superando el instinto de dominio sobre los demás y abriéndonos a la caridad de Cristo.

El periodo cuaresmal es el momento favorable para reconocer nuestra debilidad, acoger, con revisión de vida, la gracia renovadora del sacramento de la Penitencia y caminar con decisión hacia Cristo.

Queridos hermanos y hermanas: mediante el encuentro personal con nuestro Redentor y mediante el ayuno, la limosna y la oración, el camino de conversión hacia la Pascua nos lleva a redescubrir nuestro Bautismo. Renovemos en esta Cuaresma la acogida de la gracia que Dios nos dio en ese momento, para que ilumine y guíe todas nuestras acciones. Lo que el sacramento significa y realiza estamos llamados a vivirlo cada día siguiendo a Cristo de modo cada vez más generoso y auténtico.

Encomendemos nuestro itinerario a la Virgen María, que engendró al Verbo de Dios en la fe y en la carne, para sumergirnos como Ella en la muerte y resurrección de su Hijo Jesús y obtener la vida eterna.
Vaticano, 4 de noviembre de 2010

BENEDICTO XVI

martes, 1 de febrero de 2011

LA SEÑORA EN FEBRERO

Durante el mes de febrero la imagen de Nuestra Señora de los Dolores portará un rosario de color negro donado por una cofrade.

El 15 de febrero, a las 20:00, tendremos la celebración de la Santa Misa y el canto de la Salve en el camarín de Nuestra Señora. Nos uniremos a la intención general del Apostolado de la Oración del Papa para este mes: "Para que la familia sea respetada por todos en su identidad y sea reconocida su insustituible contribución a toda la sociedad".

Santa María de los Dolores, ruega por nuestra familia cofrade y por todas las familias.

viernes, 7 de enero de 2011

LA SEÑORA EN ENERO

Durante el mes de enero la imagen de Nuestra Señora de los Dolores portará un rosario de color blanco donado por un cofrade.

El 15 de enero tendremos la celebración de la Santa Misa y el canto de la Salve en el camarín de Nuestra Señora. A la misma asistirán los costaleros de los diferentes pasos como comienzo de la temporada de ensayos.