Procesión extraordinaria con motivo del XV Aniversario de la refundación (6 de noviembre de 2010)

Procesión extraordinaria con motivo del XV Aniversario de la refundación (6 de noviembre de 2010)
Salida Extraordinaria de Nuestra Señora de los Dolores

jueves, 30 de diciembre de 2010

BENEDICTO XVI RECIBE A LOS PUERI CANTORES


Benedicto XVI ha señalado que la música y el canto son "un servicio a Dios" y a los demás porque "refuerza en el corazón y en la mente la oración a Cristo", en la audiencia concedida a más de 4.000 jóvenes pertenecientes a la Federación de Pueri Cantores.

Esta Federación será la encargada de cantar ante Benedicto XVI en la celebración de la liturgia de inicio de año en la Basílica de San Pedro el próximo 1 de enero, día en que la Iglesia Católica celebra la fiesta de Santa María y el Día Mundial de la Paz.

En la celebración participarán cerca de 3.000 voces acompañados por 1.300 músicos, provenientes de 14 naciones, entre ellos una delegación proveniente de España: la Escolanía San Salvador que tiene por sede nuestra parroquia de San Isidoro el real de Oviedo. La Federación internacional cuenta con 900 coros y 25.000 cantantes entre 7 a 17 años de todo el mundo y está presidida por el director de Música Sacra de la Pontificia Universidad Juan Pablo II de Cracovia, monseñor Robert Tyrata.

El Papa ha recordado a los jóvenes que su canto es "un servicio a toda la Iglesia" que ofrece "un anticipo de la liturgia celeste" que es el objetivo "de todo culto verdadero". Según ha explicado Benedicto XVI, el canto en la liturgia eucarística "es un canto de amor" a Dios.

Por otra parte, el Pontífice ha recordado que "desde siempre" los cristianos "han comprendido" el Evangelio del Nacimiento de Cristo como "un canto para dar honor a Dios a través de la música". Además ha asegurado que los Pueri Cantores colaboran para que Dios "sea magnificado y los hombres tengan una gran alegría".

Benedicto XVI se ha dirigido también a los coros provenientes de España y ha insistido en que el canto "contribuye a que el pueblo cristiano contemple con más profundidad el misterio de Cristo". Asimismo ha afirmado que espera que "el amor de Jesús recién nacido" llene los corazones "de alegría y de paz".

(Fuente: www.dignidaddigital.com)

miércoles, 1 de diciembre de 2010

LA SEÑORA EN EL MES DE DICIEMBRE

Durante el mes de diciembre la imagen de Nuestra Señora de los Dolores portará un rosario de color azul en honor a la fiesta de la Inmaculada. Este rosario ha sido donado por una devota.

El sábado, 11 de diciembre, a las 19:30 h. celebraremos la Oración de Adviento como preparación a la fiesta de la Navidad, en la Iglesia Parroquial de San Isidoro el Real.

El 15 de diciembre, a las 20:00, Santa Misa y canto de la Salve en el camarín de Nuestra Señora de los Dolores. En esta celebración se bendecirá el misterio del Belén de Cumbres.


El sábado, 18 de diciembre, colocaremos el I Belén de Cumbres, junto a la Cofradía Hermana de la Soledad de Avilés, en el Pico Gorfolí.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

LLAMADA A DAR TESTIMONIO DEL CARDENAL BERTONE


El Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, recordó que las cofradías deben ofrecer "un ejemplar testimonio evangélico y ser levadura, luz y sal en el interior de la sociedad".

Al cumplirse el décimo aniversario de la Confederación de las Cofradías diocesanas de Italia, el Cardenal Bertone presidió una Misa en la Plaza de San Pedro ante unos doce mil cofrades, según informó Radio Vaticana.

En su homilía, recordó que "las cofradías son herederas de una antigua y fecunda historia que tiene raíces milenarias, pues a lo largo de los siglos han testimoniado la consigna del Papa de anunciar el Evangelio y la practica concreta de la caridad como elementos distintivos de su peculiar presencia en la Iglesia y en la sociedad".

El Secretario de Estado invitó a los miembros de las cofradías a redescubrir y profundizar en su identidad de laicos comprometidos en el interior de una realidad eclesial, guiada fundamentalmente por los cinco criterios eclesiales señalados por Juan Pablo II en su exhortación post sinodal de 1988 "Christifideles laici": el primado de la vocación de cada cristiano a la santidad; la confesión de toda la fe católica; la comunión con el obispo y todas las demás realidades eclesiales; la conformación y participación apostólica de la Iglesia; y el compromiso de estar presentes como "sal" y "levadura" en la realidad humana.

El Cardenal Bertone pidió a los cófrades alimentar constantemente su fe con la Palabra de Dios y los Sacramentos poniendo en el centro de sus vidas y de sus familias a la Eucaristía dominical.

"Una experiencia que en el interior de las cofradías debe ser renovada con la formación y el camino espiritual que necesariamente pasa a través de la meditación de las Sagradas Escrituras y el Magisterio de la Iglesia", dijo el Purpurado.

martes, 9 de noviembre de 2010

LA SEÑORA EN EL MES DE LOS DIFUNTOS

El mes de noviembre se dedica, como es tradicional, a pedir de manera especial por nuestros difuntos. Por este motivo la imagen de Nuestra Señora de los Dolores porta un Rosario negro en sus manos en señal de recuerdo a nuestros cofrades y seres queridos que ya han pasado a la Casa del Padre.

El próximo lunes, día 15 de noviembre, a las 20:00 h. celebraremos la Santa Misa y el canto de la Salve aplicado por todos los difuntos.

lunes, 1 de noviembre de 2010

LA SEÑORA EN NOVIEMBRE

Comenzamos el mes de noviembre, el mes que dedicamos a pedir de forma especial por nuestros difuntos. Pero en nuestra Cofradía es especial, porque cada día 6 del corriente cumplimos años de la refundación. El actual quince. Y, por este motivo, se han programado varios actos especiales:

Sábado, 6 de noviembre de 2010

19:00 Salida Extraordinaria de Nuestra Señora de los Dolores por la plaza del Ayuntamiento y Fontán con el rezo del Santo Rosario.


20:00 Santa Misa de acción de gracias en la parroquia de San Isidoro el Real.

La Señora de Oviedo portará un rosario bendecido y enviado por Su Santidad Benedicto XVI.

sábado, 30 de octubre de 2010

BENEDICTO XVI: PEREGRINO Y TESTIGO. SU VISITA A ESPAÑA
Carta del Arzobispo de Oviedo.


Queridos hermanos y amigos: paz y bien.

Son muchos los peregrinos que se allegan a Santiago de Compostela. Los caminos diversos ven pasar año tras año, y de modo creciente, miles de personas en su mayoría jóvenes, que deciden hacer esta ruta cristiana que tiene meta: Jesucristo. Que tiene viaje de ida y que tiene viaje de vuelta también. Son innumerables los preciosos testimonios de personas que han visto transformarse sus vidas cuando las búsquedas sinceras de sus corazones se han puesto en marcha por los caminos que Dios frecuenta, y como sucediera con aquellos peregrinos fugitivos de Jerusalén hacia Emaús, también el Señor se hace encontradizo, respetuoso y eficaz, para abrir los ojos con la luz verdadera y para encender la entraña con la lumbre de Dios.

Así va nuestro querido Santo Padre como un peregrino más en este año jubilar jacobeo. Y así le esperamos en nuestra tierra una vez más que nos visita, siendo peregrinos junto a él. Santiago de Compostela significa no sólo el fin del camino de conversión que se hace andando los cristianos, sino también una parábola de nueva evangelización.

Allí resonó aquel grito de padre, cuando el Papa Juan Pablo II dijo a Europa: vuelve a tus raíces cristianas. Y ese grito que es plegaria, recordatorio, programa también, ha sido bellamente recordado por Benedicto XVI cuando en su reciente viaje apostólico al Reino Unido, ha expresado su convicción de que esta Europa que a veces atraviesa momentos de confusión, de pérdida de identidad, de complejo, sigue teniendo un alma cristiana: «quise hablar al corazón de todos los habitantes del Reino Unido, sin excluir a nadie, de la verdadera realidad del hombre, de sus necesidades más profundas y de su destino último. Al dirigirme a los ciudadanos de ese país, encrucijada de la cultura y de la economía mundial, tuve presente a todo Occidente, dialogando con las razones de esta civilización y comunicando la imperecedera novedad del Evangelio, del cual está impregnada. Este viaje apostólico ha confirmado en mí una profunda convicción: las antiguas naciones de Europa tienen un alma cristiana, que constituye una sola cosa con el «genio» y la historia de los respectivos pueblos, y la Iglesia no cesa de trabajar por mantener continuamente despierta esta tradición espiritual y cultural».

Lo decía con audacia Will Durant, que «una gran civilización no es conquistada desde fuera hasta que no se ha destruido a sí misma desde dentro». Esta frase, que como alguien ha dicho tiene una lucidez que espanta, sirve de diagnóstico para nuestra época. No quisiéramos ser conquistados por nadie, y por el contrario queremos y podemos dialogar con todos, no en un encuentro vacío de compromiso y de traición a la propia identidad, sino desde el leal deseo de ofrecer nuestra perspectiva católica en la vida pública, como quien comparte lo que a nosotros se nos ha concedido inmerecidamente de parte de Dios, cuya herencia y patrimonio, la Iglesia custodia, defiende, celebra y anuncia con fidelidad creativa y con apasionada pasión.

Después de Compostela, el Papa continuará su viaje a Barcelona donde consagrará ese emblemático y bellísimo templo dedicado a la Sagrada Familia, según el proyecto que quedó inconcluso y que ahora se corona felizmente, del gran arquitecto y artista cristiano Antonio Gaudí. Allí el Papa nos hablará de la familia, verdadero corazón de una sociedad y de la humanidad según el diseño del Señor para sus hijos. Somos imagen y semejanza de ese Dios amor, comunión de un Padre que quiere al Hijo en el Amor. Necesitamos volver a las fuentes de nuestra fe y de nuestro ser, especialmente en momentos de rebaja y ninguneo, de ataque y disolución a la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, en comunidad de amor fiel y abiertos a la vida. Es el proyecto de Dios. Una buena noticia que también gozaremos poder volver a escuchar. Recibid mi afecto y mi bendición.

+ Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo
Adm. Apost. de Huesca y de Jaca

martes, 19 de octubre de 2010

INVOCACIÓN AL APÓSTOL SANTIAGO

Texto leído por nuestro Hermano Mayor, en la Catedral de Santiago de Compostela el 17 de octubre de 2010, en la celebración de la Santa Misa del Peregrino:


Señor Santiago: Desde las vecinas tierras del Principado de Asturias llegamos hoy hasta tu tumba como peregrinos un grupo de miembros de la Cofradía del Santo Entierro y Nuestra Señora de los Dolores de la parroquia de San Isidoro el Real de Oviedo. Traemos las intenciones y súplicas de todos los cofrades que no nos han podido acompañar. Agradecemos especialmente a esta Iglesia particular de Santiago de Compostela su acogida y la posibilidad que nos ha brindado de poder participar en este Año Jubilar Compostelano presentando nuestra ofrenda. Agradecemos el poder unirnos, en esta celebración, a la multitud de peregrinos que cada día llegan hasta esta Catedral para venerar tus restos y pedir aquella fortaleza de fe que te impulsó a ti en el cumplimiento de la misión apostólica que el Señor Jesús te encomendó.

También nosotros venimos como peregrinos hacía la luz. Porque peregrinar a Compostela es hacer memoria de los orígenes apostólicos de la fe en España, es volver nuestra mirada al único fundamento: Cristo Nuestro Señor. Venimos a dar gracias a Dios por la celebración del XV Aniversario de la refundación de nuestra Cofradía del Santo Entierro y Nuestra Señora de los Dolores. Venimos a presentarte nuestros proyectos e ilusiones para que, por tu intercesión, los reciba Nuestro Señor.

Señor Santiago, pedímosche que nos axudes a camiñar con ledicia, coa ánima renovada e co desexo de ser testemuñas do Evanxeo no medio do noso mundo. Que nos axudes a ser testemuñas da Luz na nosa sociedade, a ser apóstolos e sentirnos unidos á Igraxa.

Señor Santiago, te pedimos que nos ayudes a caminar con alegría, con el alma renovada y con el deseo de ser testigos del Evangelio en medio de nuestro mundo. Que nos ayudes a ser testigos de la Luz en nuestra sociedad, a ser apóstoles y sentirnos unidos a la Iglesia.

Santo Adalid, amigo del Señor, vela por todos nosotros, protege a España, intercede por estos tus discípulos que quieren ser fieles al Señor.

A ti, Santiago, te invocamos y en ti, Santiago, confiamos. AMÉN

viernes, 1 de octubre de 2010

LA SEÑORA EN OCTUBRE

El próximo día 15 de octubre, a las 20:00, en la Iglesia Parroquial de San Isidoro el Real celebraremos la Santa Misa y el canto de la Salve en el camarín de Nuestra Señora.

Durante el mes de octubre la Virgen portará dos rosarios. La primera parte del mes uno donado por un cofrade y la segunda un rosario misionero en honor de la celebración del DOMUND. De esta manera nos unimos a los días de oración por los misioneros que hacen realidad el mandato del Señor: Id por todo el mundo y predicad el Evangelio.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

LA SEÑORA EN SEPTIEMBRE

El mes de septiembre está marcado por la festividad de Nuestra Señora de los Dolores el próximo día 15. Por tal motivo los días 13, 14 y 15 celebraremos el Triduo en su honor. Los actos serán los siguientes:

13 de septiembre: a las 20:00 Santa Misa con la imposición de medallas a los nuevos cofrades.

14 de septiembre: a las 20:00 Santa Misa por los cofrades difuntos.

15 de septiembre: a las 20:00 Santa Misa, cantada por la Escolanía San Salvador y procesión de retorno de la imagen al camarín. A continuación cena de hermandad.

La Señora portará los primero días un broche con la imagen de Nuestra Señora de Covadonga con motivo de su festividad del día 8 de septiembre.

miércoles, 18 de agosto de 2010

VISITA A TORAZO

El próximo 29 de agosto, domingo, una representación del Cabildo de Oficiales de nuestra Cofradía asistirá, por primera vez, a la fiesta de Nuestra Señora del Carmen en Torazo (Cabranes), en respuesta a una invitación de la Cofradía de esa localidad.

Como regalo de agradecimiento le ofreceremos un rosario para la imagen de la Virgen en su advocación del Carmen. Agradecemos la invitación para honrar a la Madre del Cielo y le pedimos que continué velando por la parroquia de Torazo.

lunes, 2 de agosto de 2010

LA SEÑORA EN AGOSTO

El próximo 15 de agosto, festividad de la Asunción de Nuestra Señora, nos reuniremos entorno a la Madre para celebrar la Santa Misa y el canto de la Salve en su camarín. Estamos en plenas vacaciones de verano, pero Ella continua esperando por nosotros para compartir el encuentro mensual de devoción de sus hijos y cofrades. Durante este mes portará un rosario de cuentas negras del siglo XIX.

También el próximo 5 de agosto, nos acercaremos a la parroquia de Santa María la Mayor de Salas en respuesta a la invitación de la Cofradía de Nuestra Señora del Viso (patrona del concejo de Salas). Nos sumaremos a la procesión con la imagen de la Señora del Viso y al rezo del Santo Rosario como acto previo a su novena y fiesta.

miércoles, 14 de julio de 2010

LA SEÑORA EN JULIO

Nos encontramos en pleno período estival. Muchos cofrades se hallan disfrutando unas merecidas vacaciones. Pero de igual forma somos convocados el próximo jueves, 15 de julio, a celebrar la Santa Misa a las 20:00 y, a continuación, el canto de la Salve en al camarín de Nuestra Señora. Durante el mes de julio porta un rosario donado por un cofrade.

domingo, 27 de junio de 2010

EL PALIO ARZOBISPAL

Queridos hermanos y amigos: Paz y Bien.
Los Arzobispos Metropolitanos llevamos sobre la casulla un Palio que el Santo Padre nos impone en una fecha significativa: el 29 de junio siguiente a la toma de posesión de nuestra Diócesis metropolitana.
El Palio es una especie de estola circular, tejida en lana virgen, esquilada de unos corderillos que el Papa bendice el día de Santa Inés de cada año (21 enero). El Palio simboliza el cordero que el buen pastor ponía sobre sus hombros, y que tanto los salmos (22, 1-6) como el evangelio de Juan (10, 1-18), han descrito como actitud del Buen Pastor por excelencia que es Dios. Ese Palio representa el pueblo que el Señor pone sobre mis hombros y al que yo debo conocer, amar y dar la vida de tantos modos, como me enseña el ejemplo de Jesús, nuestro Buen Pastor, y de tantos santos pastores que nos han acompañado y precedido.
El Papa Benedicto recibía el Palio también al acceder a la sede de Pedro. Y entonces dijo en aquella inolvidable homilía: “la lana de cordero representa la oveja perdida, enferma o débil, que el pastor lleva a cuestas para conducirla a las aguas de la vida. La parábola de la oveja perdida, que el pastor busca en el desierto, fue para los Padres de la Iglesia una imagen del misterio de Cristo y de la Iglesia. La humanidad -todos nosotros- es la oveja descarriada en el desierto que ya no puede encontrar la senda. El Hijo de Dios no consiente que ocurra esto; no puede abandonar la humanidad a una situación tan miserable. Se alza en pie, abandona la gloria del cielo, para ir en busca de la oveja e ir tras ella, incluso hasta la cruz. La pone sobre sus hombros, carga con nuestra humanidad, nos lleva a nosotros mismos, pues Él es el buen pastor, que ofrece su vida por las ovejas. El Palio indica primeramente que Cristo nos lleva a todos nosotros. Pero, al mismo tiempo, nos invita a llevarnos unos a otros”.
Es por tanto, un momento eclesial importante, y no algo privado que recibo a título individual. Por este motivo desearía que pudiésemos vivir comunitariamente este evento que es para todos. Los que se queden en Asturias orando desde aquí, y los que puedan acompañarme participando, desde allá.
Hemos organizado una peregrinación a este efecto. No es un viaje sin más, sino que hemos querido darle el carácter de peregrinación: ir a Roma, corazón de la Iglesia, y encontrarnos con el Sucesor de Pedro, nuestro amado Papa Benedicto XVI, tanto en la ceremonia de la entrega del Palio (29 junio) como en la audiencia que nos ofrecerá al día siguiente; encontrarnos con la Iglesia de los mártires del primer siglo cristiano pudiendo celebrar la Misa en las Catacumbas en la festividad de los Protomártires romanos (30 junio); y encontrarnos con la Iglesia de los santos, y en Asís la bella ciudad medieval celebrar a San Francisco y a Santa Clara pidiéndoles su protección.
Reitero mi gratitud hacia todos vosotros en Asturias, Huesca o Jaca. Acompañadme en la oración. El Señor os bendiga y os guarde.
Recibid mi afecto y mi bendición.

+ Jesús Sanz Montes, ofm, Arzobispo de Oviedo, Administrador Apostólico de Huesca y Jaca

martes, 1 de junio de 2010

LA SEÑORA EN JUNIO

Comenzamos el mes de junio, mes dedicado a la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Concluiremos el Año Sacerdotal proclamado por el Papa Benedicto XVI. Por ese motivo la imagen de Nuestra Señora portará un rosario donado por un sacerdote y con las cuentas de color rojo. El color del Sagrado Corazón. El color de Aquel que entregó su propia sangre por todos nosotros.

El próximo día 15 de junio se cantará la Salve dedicada a todos los sacerdotes y de manera particular a los de nuestra parroquia.

miércoles, 19 de mayo de 2010

NUESTRA DOLOROSA EN GAZA

Buenas noticias desde la parroquia de la Sagrada Familia de Gaza. La réplica de la imagen de Nuestra Señora de los Dolores ya está entronizada en su iglesia parroquial. Hemos recibido comunicación del P. Jorge que, desde Semana Santa, ya se encuentra al culto la imagen perfectamente restaurada. Nos alegramos y continuamos rezando por esos hermanos nuestros en la sufrida Tierra Santa.

viernes, 30 de abril de 2010

LA SEÑORA EN MAYO

El mes de mayo, Mes de las Flores, tradicionalmente dedicado a Nuestra Madre la Virgen María es celebrado de forma especial en nuestra Cofradía.

Durante los sábados, en la santa Misa vespertina, tendremos el rezo de la Sabatina. El día 8, la ofrenda de las flores de los niños a la Virgen. Para concluir, el día 31, con la ofrenda de la luz y el incienso como acción de gracias.

Durante este mes la imagen de Nuestra Señora portará un rosario donado por un cofrade. El día 15 de mayo, al coincidir en sábado, se cantará la Salve dentro de la Sabatina.

lunes, 5 de abril de 2010

LA SEÑORA EN ABRIL

Desde el pasado Sábado Santo la imagen de Nuestra Señora ya se encuentra en su camarín. El próximo 15 de abril, a las 20:00, celebraremos la Santa Misa y el canto de la Salve. Durante este mes porta uno de los rosarios donados a lo largo de los siglos por los cofrades.
Santa María de los Dolores, ruega por nosotros.

jueves, 1 de abril de 2010

LUZ DE ALBORADA: CRISTO RESUCITADO.

Queridos hermanos y amigos: paz y bien.

Se resistía una vez más. Como si se tratase de una terca cerrazón se empeñaba en no abandonar su presa, en no dejar de pintar de negro todo cuanto a su vera alcanzaba. Y así la penumbra fue robando los colores vivos, aquellos colores que a pesar de todo sabían que estaban. Nos falta la luz, nos falta la luz, –unos y otros decían–.

¿Qué luz es esta? –se preguntaban–. Es la Luz que hizo el día, la Luz que la boca de Dios pronunciara para llamarla a la vida. ¡Que exista la Luz –dijo entonces Él–! y obediente apareció en la escena de una tierra ensombrecida.

Pero esa divina Luz fue eclipsada por impertinentes pantallas que soplaban así su resentida oscuridad. Y según pasaban los días, los meses y los años, siglo tras siglo aquella claridad del principio fue paulatinamente perdiendo su brillo.

A las tres de la tarde, de un viernes santo, el primero, el sol se rindió. Era el estertor de la luz que así se apagaba tras la agonía de su creador. Y fueron tres días, tres, sí, tres inmensas jornadas cuyas noches todo lo invadían. Se apagó la vida del Señor fusilada en el paredón de una cruz. Se apagaron también los ojos de sus discípulos que huyeron de estampida. Se apagó la esperanza que se encendió en tres inolvidables años con parábolas benditas, con palabras de vida, con signos y milagros, con ternura y misericordia divinas.

Pero llegó un momento en el que la noche perdió su embrujo, y también la noche oscura aguardaba la más luminosa alborada. La luz del nuevo día, poco a poco y lentamente, se hizo sitio en el reino de la muerte. Y amaneció. La hora prevista trajo el regalo imprevisto y todo cambió, por pura gracia y sin merecerlo.

Y quienes de noche fueron a embalsamar piadosamente a un muerto, se encontraron que a plena luz un ángel les decía que aquel a quien buscaban había resucitado, que a quien querían embalsamar sencillamente vivía.

Un sepulcro vacío, donde no cabía tanta vida, abrió sus puertas de par en par, y una voz se escuchó, y salió de nuevo como la vez primera diciendo con sus labios creadores: ¡que exista la Luz! Y desde entonces, el hogar de los humanos, un jardín reencontrado, se convirtió para siempre en una casa encendida.

Es la pascua, es el triunfo de Jesús resucitado, es la victoria sobre todos los enemigos uno tras otro, desde el más primerizo e inexperto, hasta el más postrero como la muerte. Cristo ha resucitado y en Él se enciende para siempre la luz que no declina, la que discreta siempre nos acompaña, la que sin deslumbrar nos alumbra, la que hace que coincida la buena nueva con la bondadosa suerte.

Unos y otros se fueron pasando la noticia, y como un feliz reguero de pólvora festiva, fue chisporroteando una inmensa y contagiosa alegría, una alegría que no era ya fugaz contento, sino la más feliz e interminable dicha.

La muerte perdió su aguijón, la muerte murió ante la explosión de la vida. Damos gracias conmovidos por tanto gozo, por tanta gracia, por tanta santa algarabía. Quiera el Señor hacernos testigos de este milagro, con nuestros sepulcros abiertos y vacíos de todo aquello que antes nos llevaba a ofender a Dios, a herir al hermano, mientras nosotros nos rompíamos por dentro. Dios glorificado, el hermano acogido, y nuestro corazón exultante con el mejor canto por el triunfo de Cristo resucitado.

Feliz Pascua de Resurrección. El Señor os bendiga y os guarde.

+ Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo
Adm. Apost. de Huesca y Jaca

miércoles, 31 de marzo de 2010

LA SEÑORA EN LAS PROCESIONES

El próximo Viernes Santo, D.m., la imagen de Nuestra Señora de los Dolores estrenará un manto donado por un cofrade. También lucirá la Corona Imperial, que le impuso el pasado 15 de septiembre D. Raúl Berzosa, nuestro Obispo Auxiliar. El rosario que portará es el de oro que se custodia en nuestra parroquia de San Isidoro. Su escolta, como es tradicional, está formada por agentes del Cuerpo Nacional de Policía.

En la procesión de la Soledad del Sábado Santo, escoltada por el Cuerpo Municipal de Bomberos, llevará un rosario de nácar y plata donado por un cofrade. Este año repetirá el mismo manto ambos días, así como la presea que lleva sobre sus sienes.

Santa María de los Dolores, ruega por nosotros.

sábado, 6 de marzo de 2010

ACTOS DE LA SEMANA SANTA 2010

Oración de Cuaresma
13 de marzo a las 19:30 La Señal de la cruz.

Canto de la Salve
15 de marzo a las 20:00 Santa Misa y canto de la Salve en el camarín de Nuestra Señora de los Dolores.

Cabildo General Ordinario
19 de marzo a las 20:30 Casa Parroquial.

Triduo a Nuestra Señora de los Dolores:
24 de marzo a las 20:00 procesión con el canto de la Letanía de los Santos y Santa Misa.
25 de marzo a las 20:00 Santa Misa, bendición e imposición de medallas a los nuevos cofrades.
26 de marzo a las 20:00 Santa Misa y renovación de la fe y del compromiso cofrade.

Procesiones:
Viernes Santo: 2 de abril a las 18:00 Procesión del Santo Entierro.
Sábado Santo: 3 de abril a las 10:00 Procesión de la Soledad.
Domingo de Pascua: 4 de abril a las 12:00 Santa Misa y procesión del Resucitado (Catedral de Oviedo).

lunes, 1 de marzo de 2010

LA SEÑORA EN EL MES DE MARZO

El próximo 15 de marzo, a las 20:00, en la Iglesia Parroquial de San Isidoro el Real celebraremos la Santa Misa y el canto de la Salve en el camarín de Nuestra Señora.

Durante toda la Cuaresma porta un rosario de plata donado por un cofrade.

Los días 24, 25 y 26 de marzo (20:00) se celebrará el Triduo, previo a Semana Santa, en su honor:

24 de marzo: Procesión con el canto de las Letanías de los Santos y Santa Misa.

25 de marzo: Santa Misa e imposición de medallas a los nuevos cofrades.

26 de marzo: Santa Misa y renovación del compromiso cofrade.

jueves, 25 de febrero de 2010

ASOMARSE A LA PROCESIÓN

Mensaje del Arzobispo de Oviedo a las Cofradías Penitenciales de la Diócesis.


Queridos Hermanos y amigos: paz y bien.

Días de primavera primeriza, era el ambiente de mi Madrid natal cuando abrigado para la estación iba de la mano de mis mayores a alguna procesión de Semana Santa. Mi entonces estatura infantil siempre conseguía sacar entrada de primera fila subido al adoquín de la acera para ver pasar lo que allí se exhibía.

Mis ojos de niño se abrían de par en par y sin pestañear leía esa página de tradición sagrada en el libro de un desfile que paseaba una historia de amor. Agarrado a la mano mi abuela, no perdía ripio de cuanto allí se insinuaba entre soldados romanos, sibilas cantarinas, extras judíos y muchos capuchones que tapaban su nombre y su rostro mientras descalzos caminaban cual penitentes de la calzada. Finalmente venían los pasos, pasos paseados del mejor arte y de la más rendida fe hecha talento y piedad: era como un relato de la pasión del Señor al que se ponía ruedas, proponiendo en las carrozas religiosas escenas de un precio que Dios quiso pagar para rescatar nuestra felicidad secuestrada, para encauzar nuestra perdida salvación.

Y así me asomaba yo, en aquella tierna infancia de mis madriles de niño, a una historia que no he dejado jamás de contemplar.

Cuando luego ya de adulto, de joven franciscano, de sacerdote y ahora de obispo, me fijo en los pequeños que agolpan las aceras sostenidos por sus padres o sus abuelos, y es fácil que me vaya en la imaginación a aquella época de antaño y me surja la gratitud por el hondo significado que tiene la escenografía creyente de nuestras procesiones semana-santeras. Es algo que debemos saber agradecer a las Cofradías y Hermandades de nuestros pueblos y ciudades. Porque no sólo a ellos les hace bien, sino que ellos hacen tanto bien a quienes contemplan el resultado del esfuerzo artístico y piadoso de todo ese trabajo bien realizado a través de varios meses de preparación, un bien que se completa desde la formación cristiana de sus miembros y desde el testimonio en la caridad.

Llegando la semana santa de cada año sale, una tras otra, la procesión. Nuestras calles y plazas se revisten de la magia sagrada que en estos días de mil modos se narra, pero no podemos olvidar cómo esa historia no es el simple viaje a un ayer ya muy lejano. Es el relato de algo que sigue sucediendo hoy porque Dios sigue dando su vida y acompañando la nuestra como hace veinte siglos, como desde toda la eternidad y para siempre jamás.

Se llamará de otro modo la traición de los judas modernos que amañarán con su beso la triste recompensa de 30 monedas de privilegio resentido; distinto aparecerá el huerto de Getsemaní en donde entre sudores de sangre y somnolencias discipulares se volverá a apresar a un Dios inocente; serán otras las lágrimas que los pedros verterán en los patios de la indiferencia o de la fobia contra Cristo; los caifás, los pilatos y los barrabases seguirán saliendo a la escena cada cual con su insidia, su cobardía o su aprovechamiento; y otro nombre llevará la vía dolorosa en la que repetirán blasfemos su crucifícale quienes entregados decían antes sus hosannas; pero serán únicos quienes como María y Juan estén al pie de la cruz de cada crucificado, en donde un único Jesús no deja de dar hasta la úl-tima gota de su amor redentor.

Todo esto es la remembranza de nuestras procesiones. Nuestra procesión continúa hoy teniendo como cirineo nada menos que a Dios, y Él también nos ofrece su lienzo como aquella conmovida Verónica, y nos consuela en nuestros llantos, y se deja clavar en la cruz de nuestros despropósitos torpes y tardíos. En esta procesión que se llama falta de fe, falta de pan, falta de trabajo, falta de esperanza, falta de significado, Dios se hace encontradizo. Mis ojos de adulto hoy, como ayer aquellos ojos de niño, se vuelven a sor-prender agradecidos porque en la vida Dios se asoma a nuestra procesión cuando nosotros nos asomamos a la de Él.

El Señor os bendiga y os guarde.

+ Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo
Adm. Apost. de Huesca y de Jaca

lunes, 15 de febrero de 2010

La justicia que nos convierte: cuaresma cristiana

No nos asusta el contento, sino más bien lo poco que nos dura cuando este no es verdadero.

Queridos hermanos y amigos: Paz y Bien.

Toca de nuevo tocar. Y los tambores se alinean con su plam-plam poniendo esa su música a un texto conocido: la tregua del desenfado, con chirigota picarona y pasodoble, que a veces termina en desmadre y frivolidad. No me molesta el jolgorio carnavalesco como tampoco cualquier expresión popular de un sano divertimento. El problema viene cuando se había pedido al festejo una alegría que no sabe ni puede dar. Tanto más cuanto el frívolo desmadrarse pone aún en mayor evidencia que el tingladete llevaba bien escrita una fugaz fecha de caducidad. Entonces viene el desinfle que toca a rebato, dejando a la gente tirada en la cuneta del hastío y con la botella vacía por el chantaje, mientras nos humilla la resaca de una borrachera que no alcanzó a beber ni una gota de felicidad. Es el drama de Don Carnal que termina con esta guisa en el cortejo del entierro de su sardina.

Claro que, los cristianos no estamos del lado de Doña Cuaresma, señora estrecha de ideas y ancha de lutos, que tan sólo goza con la persecución censuradora de lo prohibido y con la represión puritana de lo legítimo. Si el símbolo de esta señora doña es la tristeza de velo y llanto, no coincide con el mensaje cristiano de la verdadera cuaresma que la Iglesia predica y propone. Tanto es así, que incluso podríamos decir con el mejor ánimo de provocar eso de: ¡viva la alegría, viva la cuaresma cristiana!, porque no somos gente mustia, taciturna y clientes de la depresión. No nos asusta el contento, sino más bien lo poco que nos dura cuando este no es verdadero. No nos interesa una alegría de plexiglas, que caduca en el momento en el que ensayas su prestada sonrisa y que no acompaña la vida en su largo recorrido sino tan sólo un rato en un viaje de cercanías.

Este año se nos propone un mensaje comprometido por parte del Santo Padre. El Papa ha querido que ahondemos esta cuaresma en un tema profundamente evangélico: la justicia. Si la conversión es cambiar la mirada del corazón, se nos propone precisamente este cambio de perspectiva: entender el sentido de la justicia.

Recuerda Benedicto XVI que «muchas de las ideologías modernas tienen, si nos fijamos bien, este presupuesto: dado que la injusticia viene "de fuera", para que reine la justicia es suficiente con eliminar las causas exteriores que impiden su puesta en práctica. Esta manera de pensar -advierte Jesús- es ingenua y miope. La injusticia, fruto del mal, no tiene raíces exclusivamente externas; tiene su origen en el corazón humano, donde se encuentra el germen de una misteriosa convivencia con el mal».

Pero la justicia que nos salva y la que nos convoca a imitarla es la que se ha manifestado en Jesús. «Frente a la justicia de la Cruz, el hombre se puede rebelar, porque pone de manifiesto que el hombre no es un ser autárquico, sino que necesita de Otro para ser plenamente él mismo. Convertirse a Cristo, creer en el Evangelio, significa precisamente esto: salir de la ilusión de la autosuficiencia para descubrir y aceptar la propia indigencia, indigencia de los demás y de Dios, exigencia de su perdón y de su amistad». Todo un camino, que debidamente recorrido nos permitirá entrar de modo nuevo en la alegría de la pascua, la alegría que dura y nadie nos podrá arrebatar.

El Señor os bendiga y os guarde.



+ Jesús Sanz Montes, ofm

Arzobispo de Oviedo

Adm. Apost. de Huesca y Jaca

jueves, 4 de febrero de 2010

MENSAJE DEL SANTO PADRE PARA LA CUARESMA 2010

« La justicia de Dios se ha manifestado
por la fe en Jesucristo » (cf. Rm 3,21-22)

Queridos hermanos y hermanas:
Cada año, con ocasión de la Cuaresma, la Iglesia nos invita a una sincera revisión de nuestra vida a la luz de las enseñanzas evangélicas. Este año quiero proponeros algunas reflexiones sobre el vasto tema de la justicia, partiendo de la afirmación paulina: «La justicia de Dios se ha manifestado por la fe en Jesucristo» (cf. Rm 3,21-22).
Justicia: “dare cuique suum”
Me detengo, en primer lugar, en el significado de la palabra “justicia”, que en el lenguaje común implica “dar a cada uno lo suyo” - “dare cuique suum”, según la famosa expresión de Ulpiano, un jurista romano del siglo III. Sin embargo, esta clásica definición no aclara en realidad en qué consiste “lo suyo” que hay que asegurar a cada uno. Aquello de lo que el hombre tiene más necesidad no se le puede garantizar por ley. Para gozar de una existencia en plenitud, necesita algo más íntimo que se le puede conceder sólo gratuitamente: podríamos decir que el hombre vive del amor que sólo Dios, que lo ha creado a su imagen y semejanza, puede comunicarle. Los bienes materiales ciertamente son útiles y necesarios (es más, Jesús mismo se preocupó de curar a los enfermos, de dar de comer a la multitud que lo seguía y sin duda condena la indiferencia que también hoy provoca la muerte de centenares de millones de seres humanos por falta de alimentos, de agua y de medicinas), pero la justicia “distributiva” no proporciona al ser humano todo “lo suyo” que le corresponde. Este, además del pan y más que el pan, necesita a Dios. Observa san Agustín: si “la justicia es la virtud que distribuye a cada uno lo suyo... no es justicia humana la que aparta al hombre del verdadero Dios” (De Civitate Dei, XIX, 21).
¿De dónde viene la injusticia?
El evangelista Marcos refiere las siguientes palabras de Jesús, que se sitúan en el debate de aquel tiempo sobre lo que es puro y lo que es impuro: “Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre... Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas” (Mc 7,15. 20-21). Más allá de la cuestión inmediata relativa a los alimentos, podemos ver en la reacción de los fariseos una tentación permanente del hombre: la de identificar el origen del mal en una causa exterior. Muchas de las ideologías modernas tienen, si nos fijamos bien, este presupuesto: dado que la injusticia viene “de fuera”, para que reine la justicia es suficiente con eliminar las causas exteriores que impiden su puesta en práctica. Esta manera de pensar ―advierte Jesús― es ingenua y miope. La injusticia, fruto del mal, no tiene raíces exclusivamente externas; tiene su origen en el corazón humano, donde se encuentra el germen de una misteriosa convivencia con el mal. Lo reconoce amargamente el salmista: “Mira, en la culpa nací, pecador me concibió mi madre” (Sal 51,7). Sí, el hombre es frágil a causa de un impulso profundo, que lo mortifica en la capacidad de entrar en comunión con el prójimo. Abierto por naturaleza al libre flujo del compartir, siente dentro de sí una extraña fuerza de gravedad que lo lleva a replegarse en sí mismo, a imponerse por encima de los demás y contra ellos: es el egoísmo, consecuencia de la culpa original. Adán y Eva, seducidos por la mentira de Satanás, aferrando el misterioso fruto en contra del mandamiento divino, sustituyeron la lógica del confiar en el Amor por la de la sospecha y la competición; la lógica del recibir, del esperar confiado los dones del Otro, por la lógica ansiosa del aferrar y del actuar por su cuenta (cf. Gn 3,1-6), experimentando como resultado un sentimiento de inquietud y de incertidumbre. ¿Cómo puede el hombre librarse de este impulso egoísta y abrirse al amor?
Justicia y Sedaqad
En el corazón de la sabiduría de Israel encontramos un vínculo profundo entre la fe en el Dios que “levanta del polvo al desvalido” (Sal 113,7) y la justicia para con el prójimo. Lo expresa bien la misma palabra que en hebreo indica la virtud de la justicia: sedaqad,. En efecto, sedaqad significa, por una parte, aceptación plena de la voluntad del Dios de Israel; por otra, equidad con el prójimo (cf. Ex 20,12-17), en especial con el pobre, el forastero, el huérfano y la viuda (cf. Dt 10,18-19). Pero los dos significados están relacionados, porque dar al pobre, para el israelita, no es otra cosa que dar a Dios, que se ha apiadado de la miseria de su pueblo, lo que le debe. No es casualidad que el don de las tablas de la Ley a Moisés, en el monte Sinaí, suceda después del paso del Mar Rojo. Es decir, escuchar la Ley presupone la fe en el Dios que ha sido el primero en “escuchar el clamor” de su pueblo y “ha bajado para librarle de la mano de los egipcios” (cf. Ex 3,8). Dios está atento al grito del desdichado y como respuesta pide que se le escuche: pide justicia con el pobre (cf. Si 4,4-5.8-9), el forastero (cf. Ex 20,22), el esclavo (cf. Dt 15,12-18). Por lo tanto, para entrar en la justicia es necesario salir de esa ilusión de autosuficiencia, del profundo estado de cerrazón, que es el origen de nuestra injusticia. En otras palabras, es necesario un “éxodo” más profundo que el que Dios obró con Moisés, una liberación del corazón, que la palabra de la Ley, por sí sola, no tiene el poder de realizar. ¿Existe, pues, esperanza de justicia para el hombre?
Cristo, justicia de Dios
El anuncio cristiano responde positivamente a la sed de justicia del hombre, como afirma el Apóstol Pablo en la Carta a los Romanos: “Ahora, independientemente de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado... por la fe en Jesucristo, para todos los que creen, pues no hay diferencia alguna; todos pecaron y están privados de la gloria de Dios, y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús, a quien exhibió Dios como instrumento de propiciación por su propia sangre, mediante la fe, para mostrar su justicia (Rm 3,21-25).
¿Cuál es, pues, la justicia de Cristo? Es, ante todo, la justicia que viene de la gracia, donde no es el hombre que repara, se cura a sí mismo y a los demás. El hecho de que la “propiciación” tenga lugar en la “sangre” de Jesús significa que no son los sacrificios del hombre los que le libran del peso de las culpas, sino el gesto del amor de Dios que se abre hasta el extremo, hasta aceptar en sí mismo la “maldición” que corresponde al hombre, a fin de transmitirle en cambio la “bendición” que corresponde a Dios (cf. Ga 3,13-14). Pero esto suscita en seguida una objeción: ¿qué justicia existe dónde el justo muere en lugar del culpable y el culpable recibe en cambio la bendición que corresponde al justo? Cada uno no recibe de este modo lo contrario de “lo suyo”? En realidad, aquí se manifiesta la justicia divina, profundamente distinta de la humana. Dios ha pagado por nosotros en su Hijo el precio del rescate, un precio verdaderamente exorbitante. Frente a la justicia de la Cruz, el hombre se puede rebelar, porque pone de manifiesto que el hombre no es un ser autárquico, sino que necesita de Otro para ser plenamente él mismo. Convertirse a Cristo, creer en el Evangelio, significa precisamente esto: salir de la ilusión de la autosuficiencia para descubrir y aceptar la propia indigencia, indigencia de los demás y de Dios, exigencia de su perdón y de su amistad.
Se entiende, entonces, como la fe no es un hecho natural, cómodo, obvio: hace falta humildad para aceptar tener necesidad de Otro que me libere de lo “mío”, para darme gratuitamente lo “suyo”. Esto sucede especialmente en los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía. Gracias a la acción de Cristo, nosotros podemos entrar en la justicia “más grande”, que es la del amor (cf. Rm 13,8-10), la justicia de quien en cualquier caso se siente siempre más deudor que acreedor, porque ha recibido más de lo que podía esperar.
Precisamente por la fuerza de esta experiencia, el cristiano se ve impulsado a contribuir a la formación de sociedades justas, donde todos reciban lo necesario para vivir según su propia dignidad de hombres y donde la justicia sea vivificada por el amor.
Queridos hermanos y hermanas, la Cuaresma culmina en el Triduo Pascual, en el que este año volveremos a celebrar la justicia divina, que es plenitud de caridad, de don y de salvación. Que este tiempo penitencial sea para todos los cristianos un tiempo de auténtica conversión y de intenso conocimiento del misterio de Cristo, que vino para cumplir toda justicia. Con estos sentimientos, os imparto a todos de corazón la bendición apostólica.
Vaticano, 30 de octubre de 2009
BENEDICTUS PP. XVI

martes, 2 de febrero de 2010

LA SEÑORA EN EL MES DE FEBRERO

El próximo día 15 de febrero, a las 20:00, en la Iglesia Parroquial de San Isidoro el Real celebraremos la Santa Misa y el canto de la Salve en el camarín de Nuestra Señora.

Pediremos de forma particular por los costaleros de los diferentes Pasos de nuestras salidas procesionales.

lunes, 11 de enero de 2010

LA SEÑORA EN EL MES DE ENERO

Durante el mes de enero la imagen de Nuestra Señora de los Dolores portará un rosario donado por un cofrade. El mismo es réplica de uno que se conserva en los Museos Vaticanos.

También el próximo 15 de enero, a las 20:00, tendremos la celebración mensual de la Santa Misa y el canto de la Salve a Nuestra Señora en su camarín. Pediremos de manera especial por el nuevo Arzobispo, D. Jesús Sanz Montes.